China está cosntruyendo el más grande radiotelescopio del mundo. Y para ello, antes de que acaben las obras en septiembre, va a desplazar a casi 10.000 personas en la provincia de Guizhou. El objetivo principal de este proyecto es buscar señales de vida en el Universo.
Y es que China está imparable en el ámbito científico. Si hace unas semanas entró a competir con Alemania en el desarrollo del reactor comercial de fusión o que estaban a la cabeza en el desarrollo de técnicas de clonación, hoy podemos ver cómo intenta pulverizar el récord que hasta ahora tiene el observatorio norteamericano de Arecibo en Puerto Rico.

El radiotelescopio chino FAST ("Five-hundred-meter Aperture Spherical Telescope") tendrá unos 500 metros de diámetro y estará compuesto por unos 4500 paneles
triangulares. El pasado noviembre se realizaron las primeras pruebas de
la 'retina' del telescopio, un aparato de 33 toneladas suspendido a 150
metros sobre la superficie. Según Li Di, el jefe científico del Observatorio Astronímico Nacional chino, declaró al China Daily que FAST
“será capaz de escanear el doble de cielo que Arecibo y tendrá entre
tres y cuatro veces la sensibilidad" del observatorio puertoriqueño.
Los radiotelescopios, desde que Grote Reber creara el primero
en el patio de su casa a finales de los años 30, han sido una de las
principales herramientas. A diferencia de los telescopios ópticos, los
radiotelescopios operan a frecuencias (o longitudes de onda) en los que
la atmósfera es trasparente. Aunque parecía que con la puesta en órbita
del Cosmos 215 en 1978, los finísimos radioreceptores de estos telescopios dejarían de ser una de nuestras mejores forma de entender el universo.
De hecho, lo siguen siendo hoy por hoy. Su potencia y sensibilidad es
tal que, como podemos ver, se siguen construyendo, rediseñando y
utilizando al más alto nivel.
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